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Este blog no pretende proporcionar diagnóstico, tratamiento o consejo médico. El contenido de este blog es únicamente de carácter informativo. Consulte con un médico u otro profesional de la salud sobre cualquier diagnóstico médico u opciones de tratamientos médicos relacionados con su salud. La información de este blog no se debe considerar como sustituto del consejo de un profesional de la salud. Las afirmaciones realizadas sobre productos específicos en este blog no han sido aprobadas para diagnosticar, tratar, curar o prevenir enfermedades.
Por Sarah Baker, orientadora certificada en nutrición holística y salud
Por Sarah Baker, enfermera comunitaria
El aceite es una tendencia importante en el ámbito del bienestar actual. Desde el interminable debate sobre el aceite de coco, hasta los diversos beneficios de los aceites esenciales de aromaterapia, su uso no es solamente para fines de belleza, limpieza o enjuague. ¡Al parecer el aceite es una palabra de moda que no desaparecerá pronto! En lo que respecta al aceite de semilla negra, la publicidad es bien merecida.
El aceite de semilla negra procede del suroeste de Asia. Se obtiene de semillas de comino negro utilizando un método de extracción de prensado en frío. El nombre científico del aceite de semilla negra es Nigella sativa, por lo que si decide investigar por su cuenta los maravillosos beneficios de este aceite, encontrará muchos estudios científicos al respecto.
Antes de tratar los beneficios específicos para la salud y la belleza del aceite de semilla negra, es conveniente decir que contiene un ingrediente activo específico llamado timoquinona que le da superpoderes para el bienestar.
La timoquinona posee propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que ayudan a prevenir las enfermedades y estimulan la actividad curativa natural de nuestro cuerpo. Cuantos más antioxidantes pueda incluir en su rutina de bienestar diaria ¡mejor!
Un estudio ha demostrado que el aceite de semilla negra favorece la función del hígado y podría prevenir daños en este órgano vital debidos al consumo de alcohol o los efectos secundarios de las medicinas.
De acuerdo con otro estudio, el aceite de semilla negra está entre las plantas que poseen compuestos contra la obesidad. Consumir aceite de semilla negra podría reducir los niveles de glucosa, triglicéridos y los síntomas que provocan un aumento de peso, cuando existe un mayor apetito,. Otro aspecto interesante acerca del aceite de semilla negra es el siguiente: también tiene propiedades que ayudan a mejorar la digestión, como la reducción del gas y la hinchazón.
Si le encanta utilizar remedios de belleza naturales, el aceite de semilla negra podría encajar perfectamente en su próximo día de balneario. A causa de sus propiedades antimicrobianas y antioxidantes, el aceite de semilla negra es utilizado por muchos seguidores del “hágalo usted mismo” para estimular los folículos capilares y ayudar a reparar la caída del cabello. Algunos investigadores también creen que el aceite de semilla negra ayuda a restablecer los niveles de melanina, que pigmenta la piel y los ojos. También reduce la inflamación, la irritación e incluso podría atenuar el eccema.
Varios estudios han demostrado que el aceite de semilla negra podría aliviar los síntomas del asma e incluso mejorar los síntomas de las personas que sufren alergias.
A causa de sus propiedades antioxidantes, sus diversos ácidos y el contenido de vitamina B, el aceite de semilla negra también cuenta con propiedades nutricionales que ayudan a respaldar el sistema inmune.
Cuando adquiera aceite de semilla negra, lea siempre las etiquetas y asegúrese de adquirir variedades orgánicas y prensadas en frío. Puede consumir directamente aceite de semilla negra, tomarlo en forma de suplemento en píldoras o añadirlo a sus bebidas para la salud y bienestar. Si utiliza técnicas de limpieza con aceite, también puede añadir un poco de aceite de semilla negra a su limpiador facial.
También es importante que consulte siempre a su médico antes de tomar cualquier tipo de suplemento nuevo o ingrediente potente, especialmente en el caso de embarazadas o madres lactantes.
Referencias:
