Envejecer es inevitable, pero ¿esto significa que no se puede hacer nada para ralentizar el proceso? ¿Existen formas de envejecer en las que el organismo no experimente todos los efectos perjudiciales relacionados con el envejecimiento? Los estudios indican que podría haber formas de ralentizar el proceso de envejecimiento y promover la salud hasta bien entrada la vejez.

¿Qué es el envejecimiento?

El envejecimiento es un proceso natural que implica un aumento de la degeneración de los procesos celulares restauradores del organismo. A escala molecular, esto conlleva que las células y los tejidos pierdan su integridad y ya no puedan regenerarse ni reponerse correctamente. Esta pérdida de integridad celular provoca un deterioro del funcionamiento general del organismo. Desde el pelo y la piel hasta las articulaciones y los músculos, el proceso de envejecimiento afecta al organismo en su conjunto.

Entre los signos visibles del envejecimiento figuran la piel opaca, el adelgazamiento de la piel, las arrugas y las canas, pero también existen signos de envejecimiento en lo más profundo del organismo. Estos signos comprenden la pérdida de cartílago articular, la disminución de la masa muscular y la pérdida de volumen cerebral.

Pero, ¿cuáles son las causas del envejecimiento? Los estudios indican que el envejecimiento es multifactorial. Algunos de los mecanismos que podrían contribuir al envejecimiento son el estrés oxidativo, los daños en el ácido desoxirribonucleico (ADN), los daños mitocondriales y el acortamiento de los telómeros. Si bien el proceso de envejecimiento es inevitable, las investigaciones señalan que se puede ralentizar o retrasar aumentando la ingesta de antioxidantes, manteniendo la salud mitocondrial y reduciendo la inflamación.

Antioxidantes y beneficios antienvejecimiento

Las investigaciones indican que el estrés oxidativo desempeña un papel muy importante en el proceso de envejecimiento. El estrés oxidativo es una alteración entre el equilibrio de antioxidantes y radicales libres. Los radicales libres son moléculas que contienen oxígeno y que tienen un par de electrones desiguales. Los electrones son partículas diminutas con carga negativa a las que les gusta estar en parejas. Los radicales libres tienen pares desiguales de electrones, lo que hace que sean extremadamente inestables. Esta inestabilidad provoca daños en las células, los tejidos, las proteínas y el ADN de todo el organismo.

En lugar de ser invasores externos, los radicales libres se crean durante los procesos metabólicos normales del organismo, lo que contribuye al estrés oxidativo. El estrés oxidativo se ha relacionado con muchas enfermedades distintas como el cáncer, la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer, las enfermedades renales crónicas y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Aunque desempeña un papel en el desarrollo de muchas enfermedades crónicas, las investigaciones señalan que el estrés oxidativo también podría aumentar la fragilidad y la sarcopenia asociadas al envejecimiento. La sarcopenia es la pérdida constante de masa y función muscular que suele producirse a medida que una persona envejece.

Los estudios demuestran que los antioxidantes podrían ayudar a reducir el estrés oxidativo y, por tanto, ralentizar el proceso de envejecimiento. Los antioxidantes son moléculas que podrían prevenir o disminuir los daños del estrés oxidativo donando un electrón a los radicales libres. Esta donación de electrones ayuda a estabilizar los radicales libres y a evitar daños en las células y los tejidos. 

Vitamina C, vitamina E, quercetina y más

Los tipos de antioxidantes incluyen vitaminas como la vitamina C y la vitamina E y nutrientes vegetales como la quercetina y la luteína. Los estudios demuestran que es posible que incluso hormonas como la melatonina tengan algunas propiedades antioxidantes que actúan ralentizando el envejecimiento.

Los estudios indican que la vitamina C actúa como un potente antioxidante que reduce el estrés oxidativo, protege contra los daños del ADN e incluso favorece la longevidad. Los estudios realizados con animales e in vitro, o en tubos de ensayo, han demostrado que la vitamina E podría desempeñar un papel crucial en la protección de las membranas celulares frente al daño causado por los radicales libres debido al envejecimiento.

Asimismo, las investigaciones señalan que antioxidantes como la quercetina ayudan a proteger el ADN de los daños provocados por los radicales libres e incluso podrían contribuir a repararlo. También se ha descubierto que la quercetina aumenta la producción de glutatión en el organismo. El glutatión se considera uno de los antioxidantes más potentes creados por el organismo. Lamentablemente, la producción de glutatión disminuye con el envejecimiento. Con una disminución en la producción de glutatión, el organismo se ve sometido a más daños causados por los radicales libres y al estrés oxidativo.

Aumentar la ingesta de antioxidantes podría ayudar a ralentizar el proceso de envejecimiento. Los antioxidantes están presentes en toda la naturaleza y sobre todo en alimentos como los aguacates, el brócoli, las zanahorias, los espárragos y la col. Las formas de aumentar la ingesta de antioxidantes podrían ser tan sencillas como tomar un suplemento multivitamínico de alta calidad y aumentar el número de frutas y verduras frescas en la alimentación.

Mitocondrias sanas y antienvejecimiento

Las mitocondrias son unidades funcionales diminutas que viven dentro del núcleo de la célula. Estos orgánulos se encargan de la producción de energía del organismo. Por lo general, se describen como el centro neurálgico de la célula. El buen funcionamiento de las mitocondrias también se relaciona con el antienvejecimiento.

Por el contrario, los estudios relacionan la disfunción mitocondrial con el envejecimiento acelerado. La disfunción mitocondrial se produce cuando las mitocondrias empiezan a producir menos energía de la necesaria para el buen funcionamiento del organismo. Una mala salud mitocondrial se relaciona con un aumento de la inflamación. La disfunción mitocondrial también está vinculada a un aumento de la producción de estrés oxidativo y daños provocados por los radicales libres.

Beneficios de la CoQ10 para las mitocondrias

Las investigaciones indican que la mejora de la función mitocondrial podría contribuir a ralentizar el proceso de envejecimiento. Por ejemplo, los estudios han demostrado que el envejecimiento guarda relación con unos niveles más bajos de coenzima Q10, conocida comúnmente como coQ10 o ubiquinol, en la sangre. Se trata de una molécula muy extendida por todo el organismo y necesaria para la función mitocondrial. Los niveles bajos de coQ10 también se han relacionado con una serie de trastornos como las enfermedades cardiovasculares, las migrañas y la esclerosis múltiple. Una afección notable relacionada con unos niveles bajos de coQ10 en la sangre es la fatiga, un trastorno que se agrava con el envejecimiento.

Los estudios indican que la coQ10 podría ayudar a ralentizar el proceso de envejecimiento al beneficiar la función mitocondrial. Por ejemplo, en un estudio se observó que la administración de suplementos de coQ10 a voluntarios sanos ayudaba a reducir la fatiga tras la actividad física. Según un metaanálisis que incluyó ocho ensayos clínicos distintos, las personas que padecían enfermedades de las arterias coronarias experimentaron una reducción de los niveles totales de colesterol cuando tomaron un suplemento de coQ10. Las enfermedades de las arterias coronarias, así como las enfermedades cardiovasculares en general, son afecciones frecuentes relacionadas con el envejecimiento.

Beneficios de la curcumina para las mitocondrias

Aunque la coQ10 es una molécula producida por el organismo que contribuye a la salud mitocondrial, las investigaciones demuestran que la curcumina también podría ser beneficiosa para la función mitocondrial. La curcumina es la molécula de color amarillo anaranjado de la especia cúrcuma. La curcumina podría ayudar a mantener la salud mitocondrial y ralentizar el proceso de envejecimiento. Los estudios realizados con animales han demostrado que los suplementos de curcumina mejoran la función mitocondrial en el hígado. Los estudios realizados con seres humanos indican que los suplementos de curcumina y el ejercicio físico habitual podrían ayudar a reducir el estrés oxidativo y ralentizar el proceso de envejecimiento.

En un ensayo controlado aleatorio se observó que la administración de suplementos de curcumina durante un mes o más ayudaba a reducir los signos de estrés oxidativo en los análisis de sangre. Según otro estudio en el que participaron hombres sanos de edad avanzada y mujeres posmenopáusicas, la administración de suplementos de curcumina durante 12 semanas ayudó a reducir los signos de estrés oxidativo en los vasos sanguíneos. Aunque la curcumina podría contribuir a la función mitocondrial, los estudios indican que estos antioxidantes dorados también podrían ayudar a reducir la inflamación, que aumenta con el envejecimiento.

Inflamación y antienvejecimiento

La inflamación es un proceso necesario y útil en el que interviene el sistema inmunitario para combatir a los invasores extraños. En la mayoría de los casos, una vez resuelta la infección, la inflamación disminuye. Con el envejecimiento, la inflamación puede convertirse en un problema de larga duración, ya que el organismo lucha por restablecer el equilibrio tras una infección.

Los estudios indican que el envejecimiento contribuye a la inflamación crónica de bajo grado, que acelera el proceso de envejecimiento. Esta interacción entre envejecimiento e inflamación actúa como un círculo vicioso. Por lo tanto, la reducción de la inflamación podría ayudar a ralentizar el proceso de envejecimiento. Las investigaciones señalan que dormir lo suficiente es una forma de reducir la inflamación. Los estudios demuestran que los mensajeros celulares antiinflamatorios o citoquinas se producen durante un sueño adecuado. En estos mismos estudios se descubrió que las citocinas antiinflamatorias no se producían en modelos animales de trabajo por turnos y desfase horario a largo plazo, en los que los ratones no dormían lo suficiente.

Beneficios para la inflamación

La melatonina es una hormona del sueño producida por el organismo que podría ayudar a ralentizar el proceso de envejecimiento. Los estudios indican que, además de desempeñar un papel en el ciclo sueño-vigilia, la melatonina actúa como antioxidante, antiinflamatorio y agente protector neurológico de las células cerebrales. Por ejemplo, según algunos estudios, existe una relación entre las enfermedades neurológicas degenerativas, como la enfermedad de Alzheimer, y unos niveles bajos de melatonina en el líquido cefalorraquídeo y en la sangre. Con el envejecimiento, los niveles de melatonina disminuyen, lo que provoca menos sueño y un ritmo circadiano poco regulado.

Los estudios demuestran que los adultos mayores afirman que duermen menos y que la calidad del sueño es peor. Un estudio demostró que los adultos que afirmaban que dormían menos presentaban mayores deficiencias en pruebas diseñadas para evaluar el rendimiento cognitivo. Dado que el sueño desempeña una función importante en la memoria y la cognición, es posible que la falta de sueño afecte de forma negativa la salud cerebral de las personas mayores.

Aumentar la ingesta de melatonina, sobre todo en los adultos mayores, podría ayudar a restablecer el ritmo circadiano y un sueño saludable. El restablecimiento de un sueño saludable podría ayudar a mejorar la cognición y reducir los signos de deterioro cognitivo relacionado con la edad.

Conclusiones

Aunque el envejecimiento sea inevitable, las investigaciones indican que es posible que existan formas de ralentizarlo. Dado que los estudios indican que el envejecimiento se atribuye a varios factores, podría haber varias formas de contrarrestar el proceso. Entre ellas se incluyen el aumento de la ingesta de antioxidantes, el apoyo a la función mitocondrial y la reducción de la inflamación.

Una rutina que dé prioridad a la ingesta de antioxidantes, el apoyo mitocondrial y la reducción de la inflamación podría ralentizar el proceso de envejecimiento y beneficiar la salud general en los años venideros.

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