La glándula prostática juega un papel fundamental en la salud del hombre. De hecho, la palabra en sí misma es de origen griego y se define como "el que está delante" o "protector". Situada entre la vejiga y el colon, la función principal de la próstata es secretar un líquido claro y alcalino para transportar los espermatozoides durante la eyaculación. La alcalinidad ayuda a neutralizar la acidez de la vagina, protegiendo a los espermatozoides y aumentando las posibilidades de que se produzca la fertilización. 

La próstata se puede infectar, dando lugar a una afección llamada prostatitis. Cuando la próstata está agrandada, se la denomina Hiperplasia Prostática Benigna (HPB). Si se detectan células cancerosas dentro de la próstata, se diagnostica cáncer de próstata.

Prostatitis

Las bacterias pueden invadir la próstata y provocar una infección, en muchos casos, con síntomas similares a una infección urinaria. Un hombre que tiene una infección notará una grave dificultad para orinar y puede tener algo de ardor y problemas para vaciar la vejiga. El tratamiento normalmente incluye un ciclo de antibióticos de dos a ocho semanas, según la gravedad.  

Hiperplasia Prostática Benigna (HPB)

A medida que muchos hombres envejecen, su próstata se agrandará con el paso del tiempo. Las personas afectadas pueden notar dificultades para orinar, y muchos hombres con BPH se despiertan hasta cinco veces cada noche con la urgencia de ir al baño. Los síntomas también pueden incluir la dificultad para comenzar la micción, con goteo de orina al terminar. El simple hecho de levantarse varias veces durante la noche puede, obviamente, dificultar que uno duerma bien por la noche. Afortunadamente, hay varias cosas que se pueden hacer para reducir la hinchazón de la próstata. 

Desde un enfoque basado en el estilo de vida, es beneficioso comer alimentos saludables, como granos integrales y frutas y verduras orgánicas. Se recomienda evitar la cafeína y el alcohol (aconsejan al menos reducir el consumo al mínimo, y puede ser beneficioso para algunas personas). También se pueden tomar medicamentos con receta o sin ella, como los inhibidores de la 5-alfa-reductasa (finasterida, dutasterida) y alfabloqueantes (terazosina, doxazosina, tamsulosina). Estos medicamentos funcionan bastante bien para la mayoría de los que los toman. Al igual que ocurre con todos los medicamentos, los efectos secundarios pueden hacer que algunos interrumpan su uso. 

La intervención quirúrgica puede ser una opción para aquellos que todavía tienen dificultades a pesar de haber probado varias estrategias. Sin embargo, los efectos secundarios de la cirugía pueden provocar incontinencia urinaria, impotencia permanente y disfunción eréctil. 

Aunque la HPB sea bastante común, lo bueno es que no hay pruebas que demuestren que los hombres que la padecen tengan un mayor riesgo de desarrollar cáncer de próstata. Y no siempre es necesario tomar medicación; también hay suplementos que pueden ayudar a reducir el tamaño de la próstata. 

Cáncer de próstata

El cáncer de próstata afecta a uno de cada seis hombres y provoca el 10 por ciento de todas las muertes por cáncer. A nivel mundial, 1,6 millones de hombres son diagnosticados con cáncer de próstata, y 366 000 hombres mueren al año de cáncer de próstata. Es tan común que alrededor del 90 por ciento de los hombres mayores de 90 años muestran síntomas de cáncer de próstata microscópico. Sin embargo, es poco probable que sea una causa de fallecimiento en el caso de los hombres que se encuentren en este grupo de edad, ya que hay más probabilidades de morir por enfermedades cardíacas o causas naturales que por cáncer de próstata. 

Pregúntele a la mayoría de los hombres mayores de 50 años cómo se hace un examen de próstata y se lo explicarán, normalmente con aprensión, preocupación, o con una sonrisa en la cara. Aunque se puede pedir un análisis de sangre para un Antígeno Prostático Específico (APE), el dedo índice enguantado del médico es la mejor manera de identificar a aquellas personas en riesgo de padecer cáncer de próstata. Si se siente un nódulo o alguna anormalidad, el médico puede recomendar que se le realice un ultrasonido de próstata y una biopsia para descartar la presencia de células cancerosas. 

Aunque esta prueba puede ser incómoda, es un aspecto importante de un examen físico de salud completo para aquellos en riesgo o con síntomas.

Alimentos que se deben evitar

Se considera que los productos lácteos, entre los que se incluye la leche, son un factor de riesgo para el cáncer de próstata. Un estudio de 2018 en el American Journal of Clinical Nutrition concluyó indicando que la ingesta de leche entera se asoció con un mayor riesgo de cáncer de próstata agresivo. Otro estudio de 2018 concluyó diciendo lo siguiente: "... el consumo de leche entera tras el diagnóstico de cáncer de próstata se asoció con un mayor riesgo de recurrencia, sobre todo entre los hombres muy obesos o con sobrepeso. Los hombres con cáncer de próstata que deciden tomar leche deben optar por opciones sin grasa o bajas en grasa". Personalmente, recomiendo opciones sin lácteos, como la leche de almendras o de arroz. 

Un estudio de 2017 señaló que aquellos que consumen las grasas más saturadas también tienen un mayor riesgo de sufrir cáncer de próstata. Las grasas saturadas se encuentran en alimentos como la mantequilla, crema, leche entera, queso, manteca de cerdo y carnes procesadas como las salchichas y el salami. 

Licopeno

El licopeno, es un nutriente que es beneficioso para la salud prostática. Las fuentes de alimentos con licopeno incluyen el tomate, la sandía y el pomelo rosado. Un estudio de 2018 en Nutrients concluyó indicando que los hombres vietnamitas que consumían más tomates y licopeno tenían menos cáncer de próstata. Un estudio de metaanálisis de 2017 con 692 000 personas determinó que aquellas personas con niveles más altos de licopeno tenían menos probabilidades de desarrollar cáncer de próstata. Por último, un estudio de 2018 demostró que aquellas personas que consumieron más tomates tenían un 19 por ciento menos de probabilidades de desarrollar cáncer de próstata en comparación con aquellos que consumieron menos cantidad. Dosis sugerida: según lo indicado en la etiqueta. 

Ácidos grasos omega 3 (aceite de pescado)

Los ácidos grasos esenciales omega-3 se componen principalmente de Ácido Eicosapentaenoico (EPA) y Ácido Docosahexaenoico (DHA). Un estudio de 2014 en Nutrition Journal demostró que la mayoría de los estadounidenses no consumen suficientes ácidos grasos esenciales en su dieta. Estos importantes nutrientes se pueden encontrar en distintas de fuentes de alimento, que incluyen pescados (la caballa, el bacalao y el salmón son los que más tienen), nuecessemillas de chíade linazade cáñamo y natto.

Un estudio de 2017 indicado en Oncology Letter declaró que el aumento del consumo de ácidos grasos omega-3 redujo el riesgo de cáncer de próstata. 

Otro estudio de 2017 mostró que en los hombres que tomaban medicamentos para la próstata con receta (finasterida y tamsulosina) para una próstata agrandada o HPB que tomaban ácidos grasos omega-3 había mejorado el flujo urinario en comparación con los hombres que tomaban solo los medicamentos. 

Semillas de calabaza

La calabaza (también conocida como calabaza de invierno) tiene parentesco con la calabaza de verano y pertenece a una clase de alimentos conocida como Cucurbita pepo. Desde hace siglos (la domesticación de la calabaza se remonta a hace más de 7000 años, donde lo que es hoy el sur de México) se ha considerado que tiene beneficios para la salud de la vejiga, los riñones y la próstata. La ciencia ahora confirma que esta planta tiene beneficios para la salud prostática. 

Un estudio de 2016 mostró que el extracto de semilla de calabaza podría ayudar a mejorar los síntomas relacionados con una próstata agrandada. Un estudio de 2015 con personas con próstata agrandada mostró que los que tomaron extracto de semilla de calabaza sintieron una mejoría en el flujo urinario en comparación con aquellos que tomaron placebo. Consumir semillas de calabaza se puede considerar un aperitivo saludable. Si se toma como suplemento, debe hacerse según lo indicado en la etiqueta. 

Palma enana americana

A medida que los hombres envejecen, muchos tendrán síntomas relacionados con el agrandamiento de la próstata, una enfermedad que los médicos llaman HPB o Hiperplasia Prostática Benigna. Entre los síntomas se incluyen: dificultad para vaciar la vejiga, goteo de orina, flujo de orina reducido y frecuencia urinaria. Hay disponibles distintos medicamentos con receta para reducir los síntomas, pero muchas personas prefieren probar una estrategia más natural. La palma enana americana (Serenoa repens) es un medicamento a base de hierbas que los estudios demuestran que puede ser útil. 

Un estudio de 2002 que realizó Cochrane Database determinó que la palma enana americana proporcionaba un beneficio de leve a moderado en los síntomas urinarios y mejoraba el flujo de orina. Contrarrestando esto, un estudio de 2009 demostró que la palma enana americana en sí misma no era más efectiva que el placebo.

Sin embargo, un estudio de 2017 que duró 12 meses sí mostró beneficios en el flujo de orina de los hombres que tomaron palma enana americana en comparación con los hombres a los que no se les trató. También hay estudios que demuestran que la palma enana americana, cuando se toma en combinación con selenio y licopeno, es más efectiva que si se toma sola. He observado que, aproximadamente la mitad de los pacientes a los que recomiendo esta planta, nota una mejoría en los síntomas prostáticos. También hay pruebas de que aquellos que toman palma enana americana junto con el medicamento con receta finasterida obtienen un beneficio adicional. 

Dosis recomendada: según lo indicado en la etiqueta.

Vitamina E

Los alimentos que contienen vitamina E tienen efectos beneficiosos no solo para el cerebro y el corazón, sino también para la próstata. Entre estos alimentos se incluyen: almendrassemillas de calabazasemillas de girasol, espinaca, col rizada y aguacates. Un estudio de 2015 demostró que aquellos que consumían mayores cantidades de alimentos con vitamina E tenían un menor riesgo de padecer cáncer de próstata agresivo.

Vitamina D

Los estudios han demostrado que aquellos con menor vitamina D en la sangre tienen un mayor riesgo de cáncer de próstata y otros tipos de cáncer. Además, un estudio de 2017 en Urology Annals señaló que los hombres con un nivel de vitamina D en la sangre más bajo tienen un mayor riesgo de padecer tanto Hiperplasia Benigna de Próstata como, posiblemente, cáncer de próstata. 

Tomar el sol de 20 a 30 minutos, dejando que los brazos y piernas estén expuestas a la luz del sol, puede ayudar a muchos a autogenerar una cantidad adecuada de vitamina D. Sin embargo, dependiendo de la estación y la situación geográfica, puede que eso no sea suficiente. Para la mayoría, se recomienda un suplemento de vitamina D. Dosis recomendada de vitamina D: de 1000 a 5000 UI diarias.

Zinc

Según el Journal of Nutrition, casi el 45 por ciento de los estadounidenses tienen una ingesta inadecuada de zinc en sus dietas. A nivel mundial, más del 15 por ciento de las personas tienen deficiencia de zinc. El zinc parece jugar un papel importante en la salud general de la próstata, y las personas que tienen próstatas sanas cuentan con mayores niveles de zinc en comparación con aquellos con afecciones de próstata.  

Un estudio de 2011 en el Indian Journal of Urology determinó que los hombres con niveles más bajos de zinc en la sangre tenían un mayor riesgo de Hiperplasia Prostática Benigna (HPB) y cáncer de próstata. Un estudio de 2016, junto con otros, confirmó la importancia de tener unos niveles saludables de zinc para contar con una salud prostática óptima. Un suplemento multivitamínico de buena calidad tiene zinc, aunque hay personas que prefieren tomar un suplemento de zinc por separado. La dosis diaria recomendada es de 25 a 50 mg de zinc. Obtenga más información sobre los beneficios del zinc para la salud.

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