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Por Dr. Eric Madrid, doctor en medicina
A medida que envejecemos, nuestro deseo de mantener el vigor de la juventud se hace más intenso. Es sabido que los exploradores españoles se embarcaron en una búsqueda mundial por una fuente de la juventud literal. Pero, ¿y si el secreto para mantener la juventud y vitalidad pudiera encontrarse dentro de nuestros cuerpos?
Las nuevas investigaciones científicas indican que la respuesta para prolongar su ciclo vital yace en compuesto llamado espermidina. La espermidina no solo se encuentra en el cuerpo humano, sino también en muchas fuentes vegetales y animales que están repletas de este valioso compuesto para la longevidad.
La evidencia más reciente muestra que el consumo de espermidina brinda muchos beneficios para la salud. Desde promover el rejuvenecimiento celular hasta mejorar la salud cardiovascular y la función cerebral, la espermidina se muestra muy prometedora para optimizar nuestro bienestar. Como resultado, la espermidina ha cautivado el interés de los investigadores y de quienes buscan mantenerse jóvenes. En este artículo, profundizaremos en los beneficios de la espermidina y analizaremos la evidencia que respalda estas afirmaciones.
Esta fue descubierta en 1678 por Antonie van Leeuwenhoek mediante la autoexperimentación. La espermidina es una poliamina dominante con dos o más grupos amino principales. Es un compuesto presente de forma natural en los ribosomas (el lugar dentro de la célula donde se produce la síntesis) y otros tejidos vivos. En el cuerpo humano, esta es sintetizada a partir de su precursor, la putrescina, y usada para producir espermina, otra importante poliamina.
La espermidina, espermina y otras poliaminas son las principales responsables del crecimiento, la división, proliferación y diferenciación celular. Si bien el mecanismo sigue siendo desconocido, al parecer son necesarias para la síntesis del ADN, la estabilidad del ADN y la apoptosis, un método de muerte celular programada usado para eliminar las células no deseadas.
Lamentablemente, los niveles de poliaminas, incluida la espermidina, disminuyen con la edad, de acuerdo con un estudio del año 2019 publicado en la Revista de autofagia (Journal of Autophagy). Por lo tanto, resulta fundamental reponer esta pérdida, ya sea tomando suplementos o consumiendo alimentos ricos en espermidina, como los enumerados anteriormente.
El rejuvenecimiento celular, la longevidad y los efectos antienvejecimiento son la razón principal por la que la espermidina ha saltado a la palestra en los últimos años. Los suplementos de espermidina se están volviendo populares y cada vez hay una mayor demanda por el compuesto, gracias a nuestro deseo de mejorar el ciclo de salud y el ciclo vital.
Curiosamente, los científicos han sabido acerca de las poliamidas y su papel en el metabolismo celular por mucho tiempo. Sin embargo, solo hace poco supieron que los niveles de espermidina disminuyen a medida que envejecemos, lo que abrió una frontera de ciencia para mejorar la longevidad y mejorar la salud.
Muchos estudios realizados en animales y humanos indican que la espermidina desempeña un papel fundamental en la ralentización del envejecimiento y las enfermedades relacionadas con la edad. Por ejemplo, una investigación publicada en la Revista estadounidense de nutrición clínica (American Journal Of Clinical Nutrition) muestra que una dieta rica en espermidina mejora considerablemente la longevidad y reduce la tasa de mortandad y mortalidad.
Sin embargo, el mecanismo de acción exacto de la espermidina aún no se conoce, pero la mayoría de las investigaciones apuntan al proceso de
autofagia. Por ejemplo, los autores de un trabajo de investigación señalaron que la espermidina prolonga el ciclo vital promoviendo la autofagia y podría ser tan potente como la rapamicina, una espermidina inmunosupresora aprobada por la FDA con potentes propiedades estimulantes de la autofagia. Sin embargo, antes de ahondar en la manera en que la espermidina promueve la autofagia, primero entendamos el papel de la autofagia en la longevidad.
La autofagia (del latín para "comerse a sí mismo") es un proceso que ocurre cuando el cuerpo limpia las células dañadas "comiéndoselas". Aquellos que practican el ayuno intermitente podrían estar familiarizados con el proceso, que se cree que comienza 16 horas después del ayuno. Las células usan la autofagia para deteriorar sus partes viejas y dañadas y volver a utilizarlas para la reparación celular o generar nuevas células. En cierto modo, la autofagia es el reciclaje de los componentes viejos y dañados y su reutilización por parte del cuerpo.
Sin embargo, las investigaciones indican que la velocidad de la autofagia disminuye con la edad, dando lugar a una acumulación de células dañadas y envejecidas. A su vez, el fracaso de este proceso de reciclaje ha sido asociado con muchas afecciones relacionadas con la edad, como la enfermedad neurodegenerativa, las infecciones y varias enfermedades autoinmunes. Asimismo, si bien los defectos en el mecanismo de la autofagia aceleran el envejecimiento, las evidencias indican que la promoción de este proceso puede mejorar la salud y fomentar la longevidad.
A lo largo de la última década, los científicos comenzaron a poner a prueba la hipótesis de que el estilo de vida, la dieta y ciertos suplementos podrían ayudar a inducir la autofagia. Entre estos están la restricción calórica, el ejercicio, el ayuno intermitente, una dieta cetogénica, medicamentos (rapamicina), el té verde, y suplementos naturales como el resveratrol, la cúrcuma, NMN y espermidina.
Como resultado, muchas investigaciones ahora indican que si bien la espermidina fomenta la longevidad de muchas maneras distintas, el principal mecanismo involucrado es la autofagia.
Por ejemplo, un estudio del año 2009 mostró que la administración de espermidina prolongó considerablemente el ciclo vital de la levadura, las moscas, los gusanos y las células inmunitarias humanas. Los investigadores descubrieron que la espermidina inhibió ciertas enzimas conocidas como acetiltransferasa. Estas enzimas están involucradas en la salud del ADN. Como resultado, la expresión génica en la autofagia aumentó, reduciendo la muerte celular y mejorando la longevidad.
Curiosamente, un estudio del año 2010 mostró que si bien la espermidina mejora la autofagia en muchas especies, incluyendo la levadura, gusanos, moscas y humanos, la inactivación de los genes para la autofagia suprime los beneficios de ciclo vital de la espermidina en estas especies. Del mismo modo, los autores de un estudio del año 2011 señalaron que la espermidina y el resveratrol, si bien inducen a la autofagia a través de distintas vías, convergen en la modificación e inhibición de las mismas enzimas; por ejemplo, las acetiltransferasas. Por lo tanto, los dos suplementos no solo fomentan la longevidad, sino que además podrían complementarse entre sí.
Además, un estudio del año 2014 descubrió que la principal enzima que inhibe la autofagia es la EP300 y el uso de suplementos con espermidina detiene la actividad de la enzima, dando lugar a una mejora en la longevidad. Por lo tanto, varias investigaciones han establecido un fuerte vínculo entre la espermidina y la autofagia. Sin embargo, a medida que la espermidina se vuelve cada vez más generalizada, los científicos ahora están explorando su papel en las afecciones específicas relacionadas con la edad, como las enfermedades del cerebro y el corazón.
La mejora de la salud cardiovascular es la extensión del mismo fenómeno. Por ejemplo, un estudio del año 2016 descubrió que la espermidina muestra efectos cardioprotectores en los ratones promoviendo la autofagia y preservando la función cardíaca. Los problemas cardiovasculares se han vuelto la principal causa de muerte a nivel mundial, donde solo la enfermedad cardiaca isquémica representa 16 por ciento de las muertes, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. Por lo tanto, encontrar maneras de controlar esta plétora de enfermedades es de suma urgencia. Y el uso de suplementos con espermidina podría servir como terapia alternativa.
Los autores de un estudio del año 2017 realizado en ratones descubrió que la espermidina y la espermina aumentan o reducen la actividad de muchas proteínas y metabolitos involucrados en respuestas inmunitarias, la coagulación de la sangre, el metabolismo de los lípidos y las vías metabólicas del glutatión (un antioxidante) Del mismo modo, un estudio del año 2019 descubrió que el uso de suplementos con espermidina mejora la viabilidad de las células cardíacas, reduce la magnitud de los infartos y mejora la función cardíaca en los ratones con ataques cardíacos recientes.
Después de ver los efectos cardioprotectores de la espermidina los investigadores comenzaron a realizar ensayos en humanos. Como resultado, en un estudio del año 2022, un equipo de investigadores reunieron a 377 pacientes con infarto cardiaco agudo (AMI) y midió sus índices de espermidina sérica y estrés oxidativo (daño de los radicales libres debido a la falta de flujo sanguíneo). Los investigadores descubrieron que las personas con niveles de espermidina más altos en su sangre tenían una mejor probabilidad de supervivencia que aquellos con menores niveles de espermidina, lo que llevó a los investigadores a concluir que la espermidina podría ser un posible biomarcador para predecir los desenlaces de ataques cardíacos. Sin embargo, se necesita más investigación para hacer afirmaciones objetivas.
Además de la longevidad y la protección para el corazón, la espermidina también beneficia en gran medida al cerebro y la función cognitiva, y protege de los trastornos cerebrales comunes relacionados con la edad, como las enfermedades de Alzheimer y Parkinson. Un gran volumen de evidencia indica que la espermidina puede resultar muy útil para un cerebro en proceso de envejecimiento, especialmente cuando la población mundial está envejeciendo muy rápido y la demencia se está volviendo más común. Por ejemplo, una estudio de laboratorio del año 2020 indica que el efecto de la espermidina y la espermina para combatir el envejecimiento está relacionado con la mejora de la autofagia y el proceso mitocondrial.
Del mismo modo, un estudio del año 2020 muestra que la espermidina inhibe la pérdida de memoria en los gusanos con enfermedad de Alzheimer y mejora el rendimiento conductual; p. ej., la capacidad locomotora, en los gusanos con enfermedad de Parkinson mediante la mitofagia (un tipo de autofagia). Asimismo, la espermidina retrasa el envejecimiento acelerado/prematuro mejorando la reparación del ADN. Es más, un trabajo de investigación del año 2021 ha mostrado que hay un vínculo entre un mayor consumo de espermidina y un menor riesgo de sufrir de deterioro cognitivo en los humanos. Los investigadores descubrieron que mantener una función mitocondrial y autofágica mediante el consumo de espermidina es esencial para mejorar la cognición.
Sin embargo, se necesitan más ensayos clínicos en humanos para establecer una sólida relación causal entre la espermidina y la mejora en la salud del cerebro.
La inflamación es un mecanismo natural de defensa en el cuerpo frente a los invasores externos, como las bacterias, virus, hongos, parásitos y otros factores desencadenantes. Sin embargo, algunas veces, la inflamación se sale de control, dando lugar a una morbilidad considerable y se torna en una amenaza. Sin embargo, la buena noticia es que la espermidina también podría tener un papel en los trastornos inflamatorios, como la artritis reumatoide y la enfermedad intestinal inflamatoria. Por ejemplo, un estudio del año 2012 publicado en la Revista de ciencia biomédica (Journal of Biomedical Science) indica que la espermidina muestra propiedades antiinflamatorias bloqueando las causas de la inflamación (como las vías de señalización del factor nuclear kappa betaB (NF-κB) y las quinasas MAP (MAPK)).
Asimismo, un modelo de laboratorio del año 2017 muestra que la espermidina tiene propiedades antioxidantes y protege del estrés oxidativo reduciendo la acumulación intracelular de las especies reactivas al oxígeno. Las especies reactivas al oxígeno son radicales libres que dañan el cuerpo en la inflamación crónica, como la artritis reumatoide, la enfermedad cardíaca isquémica y muchas otras patologías pulmonares, renales y hepáticas. Del mismo modo, una investigación publicada en la Revista de investigación de la inflamación (Journal of Inflammation Research) mostró que la espermidina suprimió los niveles de citoquinas proinflamatorias IL-6 e IL-1β e incrementó los niveles del factor antiinflamatorio IL-10 en el suero.
A medida que los investigadores tienen una visión más clara de la espermidina, estos encuentran gran potencial para este compuesto en muchos trastornos. La evidencia reciente ha descubierto que la espermidina podría ser útil para varios tipos de enfermedades, desde tumores a patologías musculares y afecciones cutáneas hasta problemas intestinales. Por ejemplo, un estudio del año 2023 indica que la espermidina interfiere explícitamente con el ciclo celular tumoral, inhibiendo la proliferación de células tumorales y suprimiendo el crecimiento de los tumores.
Además, la investigación reciente también muestra una conexión entre la espermidina y la piel juvenil y una mejora en la salud intestinal.
Por lo general, la espermidina es reconocida como segura por la FDA o Asociación Federal de Medicamentos. Tiene excelente tolerabilidad y ningún efecto desfavorable. La espermidina se encuentra de forma natural en nuestros cuerpos y en los alimentos que comemos. Por lo tanto, nuestro cuerpo está bien adaptado a este compuesto.
Además, la investigación tampoco descubrió ningún efecto adverso relacionado con el consumo de espermidina.
La espermidina es sumamente beneficiosa para el cuerpo y la mente. A medida que pasa el tiempo y surgen más investigaciones, la espermidina seguirá ganando popularidad, especialmente por los evidentes beneficios para la longevidad.
Referencias:
